8 de noviembre de 2010


"Y poder decir que ya no te amo, que nunca te amé y que jamás volvería cometer el error de haberlo hecho alguna vez."
NO.
NO
NO!
¿Cómo poder decir eso cuando sé con toda sinceridad que no es lo que realmente siento? ¿Cómo tratar de escuchar e ignorar al mismo tiempo palabras que aceptas guardarte para no usar luego? Tratar de no ahogarse en un vaso de agua. Pero es típico, cada palabra que escuchas está asociada a él. Y ahí entendés que no hay nada que no pueda hacerte recordar su voz, su piel, su esencia, aquella que te mantiene en pie hasta en los momentos más difíciles de tu vida.
Tratar de que te entiendan y de que dejen de tomarte como una loca enfermiza de amor.
¿Cómo haces?
Suspirás y ya te están atrás regalandote palabras de aliento porque creen saber que ya no lo vas a poder recobrar nuevamente. Pero cada suspiro vuelve, cada lágrima recobra su aliento.
Te das cuenta que los demás te empiezan a mirar con lástima. Comienzan a hablar a tus espaldas diciendo cosas como: "¡Que estúpida, si supiera que se está muriendo por amor!", "¡Que ilusa, él la usa y ella ni lo nota!", o el simple hecho de que te pongan una sonrisa cuando estás con él, al saber que cuando él se ausenta, las sonrisas se degradan y comienzan las críticas hacia su persona. ¡Si habré vivido esos momentos!
Y querés que todo pase. Que todos te digan "Esto va a cambiar". Palabras que escuchas, pero que ya no están asociadas a él. Palabras que te dicen, pero que no lo incluye a él en tu futuro.
Y ves que nada cambia mientras te ponés a mirar como van desapareciendo las burbujas de la gaseosa compartida en esas tardes en donde tus amigas te nombran a cada rato lo bien que estarías sin él a tu lado. Esa necesidad de tener que nombrarlo a cada rato.
Y te reprochan que ya no sos la misma, que no te hacés valorar, que si sufrís es por su culpa, que si sufrís es porque sos una idiota. Que ya no podrás hacerte respetar si no lo comenzás a hacer ahora. Que él no te sabe valorar. Que sufrís por alguien que por verte mal, daría la vuelta al mundo, te compraría un osito peluche gastado y sin amor, te daría un beso usado y se iría a otros brazos con regalos exóticos que hubiera comprado en esa vuelta al mundo, como lo hace todos los días.
Y si me preguntan hoy día, ¿Qué escogería?


El osito de peluche todo gastado y sin amor y aquel beso usado que suele reparar mi corazón, como lo hace todos los días.

. Porque soy una nena.
. Porque lo amo.
. Porque él me hace bien.
. Porque todavía me queda aquella inocencia para seguir creyendo en el amor.

¿Vos que escogés?

No hay comentarios:


Archivo del blog


people