13 de diciembre de 2010

Pero yo estaba contento porque pude entrar,
y apenas lo hice me senté en mi silla,
se acercó el mozo, me dijo: "Señor, ¿qué va a tomar?",
le dije: "Gracias, muy amable, agua de la canilla".

Esa noche mi objetivo era
cumplir dos de mis sueños más deseados,
pedirte un cigarrillo aunque tuyo no fuera,
pero no tenías y quedé muy mal parado.

Sin conformarme con el cuarto fracaso
fui al segundo sueño que buscaba.
Pensé palabra por palabra en cada paso
tartamudear es lo único que me faltaba.

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