
perfectas sobre mis hombros y mis brazos, me dijo: - "Te deseo", acercó
su boca a mis labios... descubrió mi sensualidad reprimida y perversa y
mi profunda necesidad de amar. Se convirtió en una droga y fue
derribando mis defensas, mi cordura, mi razón, hasta el día que le dije:
-"Te amo, soy tuya".
Desde ese momento, comenzó a revelar su verdadera naturaleza: la ternura
se tiño de crueldad, comenzó a alimentarse de mi propio ser... hasta
que yo suplicaba por ella, logro dominar mi voluntad, mi resistencia.
Yo hubiera podido huir, pero ya me había vuelto adicta a sus caricias,
supo agarrarme como nadie antes, y cuando sentía que me alejaba, volvía a
decirme: -"Te quiero, te deseo, eres mía, no te vayas.."
1 comentario:
Ufff como nos gusta atarnos al deseo, al amor. Es como una droga dificil de dejar.
Hermosa entrada, mi novio creo que se siente asi conmigo ♥
Un besito linda, buen miercoles ♥
Publicar un comentario